es amar a Dios completamente, totalmente, sin reservas, con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente (Mateo 22:37–38; Marcos 12:28–34). La suma de todos los mandamientos de Dios y de todo servicio religioso es el amor por Dios. Es la prioridad de un cristiano, la razón por la cual fuimos creados. Nada es más recto, más satisfactorio y gratificante que amar a Dios, nuestro Creador y Salvador. Segundo, Jesucristo dijo que el segundo gran mandamiento es como el primero: “Amarás a tu
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